La ganadería ovina en las regiones australes de Chile, particularmente en Magallanes, representa una actividad económica esencial, pero enfrenta una amenaza silenciosa: el piojo masticador del ovino (Bovicola/Damalinia ovis). Este parásito, difícil de detectar en etapas tempranas, se disemina con facilidad y genera graves consecuencias en la salud de los animales, afectando la calidad de la lana, la productividad y la competitividad del sector.
Actualmente, los métodos de detección son manuales y tardíos, dependientes de inspecciones visuales durante faenas como la esquila o el destete. Estas técnicas, además de ser ineficientes, están condicionadas por factores climáticos, limitaciones de infraestructura y la escasa presencia de personal capacitado en terreno. Como resultado, las infestaciones se identifican en estados avanzados, cuando ya se ha producido un daño considerable, tanto sanitario como económico.
El Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) busca desarrollar una solución tecnológica que permita diagnosticar de forma temprana y efectiva la presencia de este parásito. La herramienta debe ser sensible, operativa bajo condiciones climáticas extremas, de fácil uso para productores y fiscalizadores, y capaz de entregar resultados en menos de 10 minutos. Además, debe ser accesible para una implementación escalable en todo el territorio austral, incluyendo zonas con baja conectividad y recursos limitados.
Con este desafío, el SAG espera fortalecer el sistema de vigilancia sanitaria, reducir pérdidas económicas, mejorar el bienestar animal y avanzar hacia una gestión ovina sostenible y tecnológicamente avanzada en una de las regiones más inhóspitas y estratégicas del país.
“La inspección visual depende de la habilidad del observador y puede tomar más de una hora para revisar 20 animales.”
“El 56% del rebaño ovino nacional se encuentra en Magallanes, donde las condiciones extremas dificultan la fiscalización.”
“Se requiere una herramienta que entregue resultados en menos de 10 minutos, incluso con bajas cargas parasitarias.”
La detección del piojo ovino es tardía y manual, lo que permite que el parásito se propague sin control.
Diseñar una herramienta tecnológica portátil y precisa que permita el diagnóstico temprano del piojo ovino en zonas australes.
Etapa 1: $25MM (4 proyectos) – Etapa 2: $80MM (3 proyectos) – Etapa 3: $200MM (1 proyecto)
Validación en entornos simulados
4
4 meses
$25.000.000
El objetivo de esta etapa es desarrollar un prototipo inicial que permita identificar la presencia del piojo masticador ovino de forma rápida, precisa y sin necesidad de procedimientos invasivos. La tecnología deberá ser capaz de detectar el parásito en condiciones controladas, simulando el entorno y las prácticas reales de inspección en terreno.
El sistema debe operar con una sensibilidad igual o superior al 90% y una especificidad de al menos 95%, entregando resultados en menos de 10 minutos por animal. Además, se espera que el dispositivo sea de fácil uso, portátil, resistente al polvo y la humedad, y utilizable por técnicos o productores sin formación especializada.
Durante esta fase, se evaluará el rendimiento técnico de la herramienta con muestras validadas y se diseñarán los protocolos iniciales de operación, calibración y mantención. Este avance marcará las bases para su aplicación práctica en ambientes reales durante la siguiente etapa.
En esta etapa, el prototipo desarrollado será sometido a pruebas en predios ganaderos reales de la Región de Magallanes, donde las condiciones ambientales y operativas representan el verdadero desafío para su funcionamiento. La herramienta deberá demostrar su eficacia en el terreno, enfrentando factores como clima variable, manejo extensivo del rebaño, y diferencias en densidad y carga parasitaria.
El dispositivo deberá operar de forma continua durante jornadas completas de trabajo, manteniendo niveles de precisión y rapidez similares a los alcanzados en laboratorio. Además, se evaluará la usabilidad desde la perspectiva de productores y fiscalizadores del SAG, recogiendo información clave para mejorar la experiencia de uso, interfaz, durabilidad, resistencia y autonomía energética.
Durante esta fase se medirá el impacto real de la herramienta en la toma de decisiones sanitarias, en la reducción de infestaciones y en la posibilidad de implementar estrategias de control más efectivas. Esta validación es esencial para escalar la solución y adaptarla al sistema productivo ovino chileno en su conjunto.
Validación de la tecnología en predios ovinos reales bajo condiciones productivas
3
8 meses
$80.000.000
Escalamiento territorial y despliegue operativo del sistema en diversos contextos productivos
1
12 meses
$200.000.000
Esta fase marca el momento clave de implementación a gran escala. La solución tecnológica será aplicada en un conjunto representativo de predios ganaderos de distinta envergadura, incluyendo explotaciones familiares y empresas de mayor tamaño, distribuidos en distintas comunas de la Región de Magallanes.
El sistema deberá operar durante un ciclo estacional completo, abarcando tanto periodos de esquila como de manejo reproductivo y sanitario, validando su desempeño en distintos momentos críticos del año. Se espera que la tecnología mantenga su precisión diagnóstica, autonomía, facilidad de uso y capacidad de procesamiento en condiciones de trabajo real y uso intensivo.
Además, se incluirá un plan de capacitación para técnicos locales y usuarios finales, así como la elaboración de manuales y protocolos que permitan su adopción masiva. Esta etapa buscará no solo validar técnicamente la solución, sino también demostrar su escalabilidad, sostenibilidad y valor agregado para la trazabilidad y gestión sanitaria del sector ovino.
Con esta implementación, Chile podrá contar con una herramienta de vigilancia sanitaria temprana que fortalece la competitividad de su ganadería austral y protege un rubro estratégico desde lo ambiental, económico y territorial.
